jueves, 28 de abril de 2016

El Pueblo de Ichocca y su Gran Mirador Natural

Bitácora de Viaje del 16 / Abril / 2016

Hoy nos vamos a dar una vueltita por el pintoresco pueblo de Ichoca y a su Gran Mirador Natural. Me acompañan dos grandes amigos capos de la fotografía; así que esto se va a poner buenísimo.  ¡Vamos!


Como casi siempre, el desayuno y abastecimiento es en Chosica y esta vez, nos dirigimos al paradero de la calle Arica, desde donde parten las combis al pueblo de San Mateo, pero claro, no llegaremos hasta ahí.  Luego de salir de Matucana, más o menos a 10 minutos, nos bajamos en el puente Chacahuaro (Km. 81.5 Carretera Central).

Paradero del Puente Chacahuaro.

Puente de cemento en paradero Chacahuaro.
Luego de cruzar el puente de cemento, ligeramente hacia la derecha veremos un camino empedrado que va ascendiendo.  Es un lindo camino que nos internará a la quebrada donde se ubica el pueblo de Ichoca.  Enmarcado por cerros a la izquierda y por pirqas y árboles nativos a la derecha, vamos subiendo, bajando, volviendo a subir y serpenteando, siempre adentrándonos en la quebrada, hasta llegar a las primeras casas del pueblo.


Caminito serpenteante que nos adentra en la quebrada.
Luego de 30 minutos de caminata, Ichoca nos recibe con casitas de estilo andino, éstas son de quincha, fachadas que alguna vez fueron blancas, puertas de madera despintada, techos inclinados; pero todas, abandonadas, como si fuera un pueblo fantasma a merced del clima, la naturaleza y el inevitable pasar del tiempo. 

Casitas con fachadas que alguna vez fueron blancas.
El camino nos lleva entre chacras y y árboles a un paraje con grandes árboles que hacen sombra, donde si tienen suerte y van tempranito, verán a un ganado de vacas descansando o en pleno ordeñado y a sus terneritos jugando y huyendo asustados apenas notan la presencia de extraños.

Típica escena de Ichoca
Sin embargo, hoy no encontramos a las vacas, pero igual tuvimos suerte, pues ocho patitas corrieron a nuestro encuentro e hicieron fiesta meneando sus pequeñas colitas.  Eran dos cachorros que parecían hermanitos gemelos, su única diferencia es que eran Ebony and Ivory*


* Ebano y Marfil.
Aunque fue difícil, dejamos a este par de traviesos cachorros (¡se acababan de comer a una gallina! ¡zamarros!) siguiendo el amplio camino hasta una bifurcación.  Invité a mis compañeros a ascender por el lado izquierdo hacia lo alto de una pequeña loma donde sabía que encontraríamos la pintoresca capilla del pueblo.   Este lugar, a pesar de ser una construcción de material noble, es encantador “Santísima Cruz de Llumpo Ichoca”.  Entré una vez más para admirar los cuadros enmarcados en pan de oro, los vitrales de colores y las paredes de estilo rústico con piedras de río laqueadas.  No les malograré la película, mostrando las fotos, espero nomás que vayan a conocerla :)


"Santísima Cruz de Lumpo Ichoca" - capilla del pueblo.
Luego del respiro y primeras vistas panorámicas de la quebrada, bajamos la lomita por el camino de la derecha hasta retomar el sendero amplio, donde recordé que luego de la siguiente curva llegaríamos a uno de mis lugares favoritos en esta ruta.  Ya llegábamos a "la casa de mis sueños".

Pasamos la susodicha curva más y mis amigos y yo nos detuvimos un minuto para admirar lo que a mí me gusta llamar “La Casa del Holandés”.  Se trata de una casa de madera de grandes ventanales.  En su interior un hermoso candelabro de fierro negro y grandes cuadros se imponen a la vista; al exterior, una terraza de madera, un amplio jardín con piscina, juego para niños, una canchita de fútbol, caballerizas y animales andinos se encuentran pastando en un enorme terreno delimitado por unas rejas verdes de metal.  A pesar de su evidente diferencia arquitectónica, no "desentona" con el paisaje; por el contrario, lo destaca.


"La Casa del Holandés" - la casa de mis sueños.
La historia de la “Casa del Holandés” no la tengo clara, pues cuando pregunto a los pobladores, todos asignan la propiedad a un señor que es “extranjero” o “gringo” o de diferente nacionalidad.  Es por ello que me quedo con la primera versión de un poblador de avanzada edad (porque siempre lo que nos informan primero parece ser lo que asumimos como verdad absoluta y dudamos de cualquier información posterior sólo porque nos lo dijeron después): Pertenece a un holandés que viene de vez en cuando a vacacionar con su familia.  Nos ha encargado que la cuidemos y así lo hacemos.

Simplemente, no me quiere.
Luego de mil fotos a la Casa del Holandés y de mantener nuestra distancia de sus llamas guardianas que nos miraron como si nos fueran a escupir, seguimos por el camino principal del pueblo de Ichoca hasta llegar a una reja de madera, que alguna vez también fue blanca. Ingresamos por ahí, dejando la puerta en la misma posición como la encontramos y seguimos de frente; dos rejas de madera más y llegamos a un descanso techado que pasamos por la derecha para llegar a la cascada de Ichoca – que en esta oportunidad nos recibió con abundante agua, por lo que una vibra energizante se sentía salpicar.  ¡Agua fresca, agua viva!


Calle principal - Ichoca
Cascada de Ichoca - La hora relax de la ruta.

El Gran Mirador de Ichoca

Aquicito nomás.  Para los más aventureros, para aquellos que tienen más experiencia en trekking y a los que les gusta la fotografía va el siguiente tramo de esta aventura.

Luego de un refrescante descanso, volvemos al camino por donde ingresamos a la cascada; hacia la izquierda, un puente techado, unos cartelitos con flechas verdes y unas escaleras de piedra que nos llevarán hacia el “mirador” oficial – éste fue implementado por los pobladores, pero no consideraron que los grandes eucaliptos bloquean todo lo que hay que mirar.  Así que para llegar hasta el lugar en el que podamos admirar todo el paisaje, evidentemente, deberemos ir ¡Todo pa' arriba!

Empezamos a subir, pero en vez de ir a la izquierda como dicen las flechas (y porque nunca me gustó seguir la flecha), iremos hacia la derecha y hacia arriba por los árboles de eucalipto, donde encontraremos un caminito que va hasta la acequia.


Todo para arriba y a la derecha.
Caminamos por la acequia a la izquierda hasta llegar a un pequeño tronco abandonado y seguimos subiendo. Vamos a ver que a pesar de la maleza y la vegetación, siempre habrá un camino que por momentos no es más ancho que tres pies. El camino va hacia arriba y a la izquierda, es decir, va cruzando y subiendo el cerro.  ¡Cuidado con las espinas!


Caminito angosto hacia nuestro mirador natural.
Esta vez, el cerro nos recibió con su manto verde, salpicado de florecitas amarillas.
Seguimos subiendo entre maleza y vegetación justo hasta donde confluyen las dos caras del cerro. Sí. El Gran Mirador Natural de Ichoca se encuentra exactamente en la esquina.  Este mirador es una gran roca de tonos anaranjados y musgo marrón y verde. Cuando lleguen ahí, con cuidado trépenla y disfruten, así como yo. Respiren profundo, si la cascada está fuerte, escuchen el agua caer y si tienen suerte, hasta águilas limeñas podrán ver sobrevolar.


Gran Mirador Natural de Ichoca.
Hoy mientras mis compañeros de ruta disfrutan de tomar fotos al paisaje, yo disfruto de la maravillosa vista.  La quebrada sigue por la derecha hasta donde alcanza la vista.  Hacia el frente, todo el camino recorrido, el pueblo de Ichoca se ve pequeño y la Carretera Central es un punto de referencia lejano.


Foteando desde el Gran Mirador.
Hoy parece haber fiesta en el pueblo, hoy la melodía de un ritmo conocido, que no sé distinguir si es un huaylarsh o un huayno, llegan hasta el Gran Mirador Natural de Ichoca con potente sonido ¡Qué tal fiesta allá abajo! ¡Qué tal marco perfecto para seguir disfrutando de este día!  Todo esto voy pensando mientras siento que una gota de lluvia cae sobre mi rostro y veo que otra cae en mi cuaderno de bitácoras.

Gran Mirador Natural de Ichoca.  Foto de Rudy Oscanoa P.


Más fotos de la ruta en mi página de Flickr, ver en Galería :)

Recomendaciones
La ruta hasta la cascada de Ichoca es apta para toda la familia, es decir, nivel básico.  Y como el objetivo de este blog es brindarles toda la información necesaria para que puedan levantarse y andar, es que los animo a preparar unos snacks de fruta (manzana, mandarinas, plátanos), sándwiches, agua o refrescos y listo, están preparados para un full day en familia. No se pierdan la vegetación de la zona, del contacto con la naturaleza, con los animalitos que puedan encontrar en el camino y sobre todo con la gente del pueblo, Un “¡Hola, buenos días!” siempre será bien recibido.

Para aquellos que se aventuren a ir hasta el Gran Mirador Natural de Ichoca, la recomendación es usar polo de manga larga, pantalón (no short) y zapatillas con buen “grip” (agarre), ya que encontrarán harta maleza con espinas y si no quieren que les pregunten “¿te has peleado con un gato?”, recomiendo hacer caso a esta letra chica.

La bajada es con cuidado, pues es empinada, angosta y resbalosa.  Como siempre digo, si se resbalan, se sientan, del suelo no van a pasar. Si van en grupo, mantengan una distancia de 1.50 mts entre cada uno, de tal manera que si uno se resbalara, no dañará al que va adelante. Pueden utilizar bastones de trekking, si lo desean, pero respetando la distancia entre compañeros.


Datos Generales de la Ruta
Ubicación: Anexo del distrito de Matucana, provincia de Huarochirí, región Lima.
Altitud: 3,000 m.s.n.m.
Tiempo de caminata aprox: 1.30 hrs.
Mejor Época del Año:  Apta todo el año.  Lluvias desde diciembre hasta abril aproximadamente. Luego, el resto del año es de clima seco.
Presupuesto: S/. 10.00 Nuevos Soles (Pasaje Chosica – Puente Chacahuaro – Chosica)