jueves, 14 de julio de 2016

Huillpa - En la Quebrada de las Flores

Bitácora de Viaje 12 / Junio / 2016

"¿A Huillpa? ¡A Huillpa se puede llegar en auto!" Lo sé, lo sé... pero como dice nuestro querido Manolo del Castillo: "Al Perú se le conoce caminando".

Una vez más con mochila a la espalda y con un grupo muy chévere formado por Camycam, Andar Conmigo se fue hasta el anexo de Huillpa, en el distrito de Matucana, provincia de Huarochirí.


Grupo muy chévere en la salida de Camycam.  Foto: Jaime Baldeón

El acceso a pie al anexo de Huillpa inicia antes de la ruta que nos lleva a la también conocida cascada de Antankallo.  Donde se encuentra el puesto de venta de quesos y antes del camino empedrado, veremos un pequeño desvío a la izquierda que va todo para arriba (¡para variar!) y se convierte en un sendero marcado y amplio a la margen izquierda de la quebrada Chucumayo.


Sendero amplio en la quebrada Chucumayo.

Desde el inicio del camino supimos que iba a ser un día soleado, el cielo estaba limpio, ni una nube; y como no hacía mucho que había terminado la época de lluvias, la quebrada nos mostraba sus pastos verdes, maleza amarillenta y flores multicolores, cuyas formas irían variando a lo largo del camino.


Desde el inicio de la ruta disfrutamos de variadas flores.

A medida que avanzábamos, pude ver hacia mi hombro derecho la senda a la cascada Antankallo.  Mi vista llegó hasta la zona de camping, que aún contaba con algunas carpas.


Pude ver la zona de camping de la cascada de Antankallo.

Seguíamos nuestro camino conversando de rato en rato con los chicos del grupo, cuando volví mi mirada al frente y ¡zas! me encontré con unos ojazos redondos adornados con unas pestañotas mirándonos atentamente, era una zona de pastoreo donde varias vacas pastaban y descansaban.


Unos ojazos redondos adornados con unas pestañotas y su lindo aretito más.
Tomándole foto a la hermosa vaquita.  Foto: Jaime Baldeón.

Luego de las fotos respectivas y el infaltable: "¡mira que lindas!", nos encontramos con un hermoso jardín de cartuchos de todos los tamaños.  Nuevamente las cámaras hicieron "click".  Pero si las rosas tienen espinas, los cartuchos tienen... ¡barro! Su cultivo es en suelo húmedo y tuvimos que pasar por un costado, saltando entre piedras, resbalando y embarrando zapatillas y medias.  Yo pensaba "¡esto es karma! La vida está vengando a mi madre por todas las veces que de niña llegué a la casa con la ropa recontra cochina"... porque ahora ¡la ropa la lavo yo!


Hermoso prado de cartuchos.
Caminito de cartuchos y barro!
Luego del barro, a secarlas al viento!

Después del chacoteo, llegamos a una explanada, ahora sí con todo el sol encima ¡uf! Full recarga de energía, hidratación, una merienda pequeña y a admirar el paisaje, pues ya hemos subido aproximadamente 400 metros y podemos ver Matucana chiquita, hacia abajo.


Se me movió el horizonte en el descanso :D

Entonces, aprovechando el descanso, le pregunto a mi guía "¿Por dónde sigue la ruta?" A lo que ella me responde: "¿Ves allá arriba un camino con eucaliptos?". "Si" - respondí.  Ella replicó: "Ok, por ahí vamos a pasar, son como 450 metros más arriba, Huillpa está por alla arribita".

Totalmente mentalizada, partí de la explanada con el grupo. Después de una bajada pequeña, cruzamos un puente hacia el otro lado de la quebrada y volvimos a subir, haciendo cortes de "5 minutos", ahorrándonos así las grandes curvas del cerro.


Bajadita de la explanada y puente por el que cruzamos al otro lado de la quebrada. Foto: Jaime Baldeón.

Cuando el sol golpea duro, por momentos, el camino parece interminable; pero felizmente de rato en rato escuchaba la voz de nuestro guía "power", Fernando, que gritaba "¡¡vamos chicos, ya nos falta poco!!"  Aunque no lo crean esta buena vibra da muchos ánimos, el ritmo vuelve a ser decidido y la energía renovada vuelve a cargar las extremidades.


El sol ya nos golpeaba duro en el camino.  Foto: Jaime Baldeón.
Pero siempre la buena vibra del grupo ayuda a recargar energías! :)  Foto: Jaime Baldeón.

Esta segunda subida nos conduciría por fin hasta el anexo de Huillpa, a 3,265 msnm.  Los pobladores de esta zona se dedican principalmente al cultivo de flores y a la elaboración de productos lácteos, así que luego de un descanso en el centro del pueblo, que hoy parece desierto, pues no hay gente en la calle, nos dirigimos a la casa del señor Mondragón, conocido fabricante de queso fresco.


Nuestro guía power, Fernando, mientras descansamos en el anexo de Huillpa.
Foto grupal antes de continuar la caminata. Foto: Jaime Baldeón.

Ahora que ya habíamos conocido Huillpa, tocaba el retorno, que no sería por la misma ruta, si no que seguiríamos por la quebrada hasta llegar al sendero que lleva a la cascada de Antankallo; es decir, nos dimos una vuelta por toda la quebrada Chucumayo, conociendo sus flores, sus campos de cultivo, fauna, gente y al final de la ruta, nos topamos con los que subían a la cascada y nos preguntaban: "¿Qué tal está la cascada? ¿Tiene mucha agua?".  Nosotros respondíamos: "No sabemos, jajajajaja".


Se le llama "Asiento de Suegra".
Y emprendemos el retorno a Matucana por el camino de los eucaliptos.
A la izquierda, la llamada "Cabeza de León"; abajo, Matucana.



Tomado fotitos.  Foto: Jaime Baldeón
Cabras locas!
Un descanso en la sombra ¡Fresco!.  Foto: Jaime Baldeón.
Esperando que salga la leche y el queso.
Y así, con estas nubes llegué al final de la ruta; a la vueltita, Matucana.

Recuerden que pueden ver más fotos en mi galería en Flickr o Instagram :)

Recomendaciones Generales

La ruta hasta el anexo de Huillpa es muy tranquila, como mencioné con un sendero amplio, paisaje lindo y con un desnivel de 800 mts que a paso tranquilo se puede hacer sin problemas en aproximadamente 5 hrs, un total ida y vuelta de 10 kms.

Ruta de nivel básico, apta para toda la familia.


¡¡Hasta la próxima!!